Por: Samuel Cavero Galimidi ®
Hablar de Sócrates Zuzunaga como escritor, educador, artista y padre de familia es un ejemplo de superación, de éxito cuando uno se propone lograr metas y la historia de su vida es igualmente de novela.
Si de literatura hablamos se trata de un escritor que le ha sabido ganar terreno a las adversidades, a los problemas de salud, al tiempo y año a año nos ha ido dando inmensas satisfacciones consiguiendo rotundos éxitos literarios en concursos de reconocido prestigio nacional e internacional.
Sócrates Zuzunaga qué duda cabe para obtener estos éxitos literarios ha combinado lo mejor de sus vivencias, recuerdos e imaginario de ande, en especial de Ayacucho, y de su querido pueblo de Pausa, y desarrollando novelas y cuentos con una extraordinaria sensibilidad estética, de gran sencillez y ternura, ha sabido calar hondo en todos sus lectores. En varias ciudades del ande algunos de sus libros ya son clásicos, tanto por la cantidad de ediciones como por la manera en que lo solicitan los lectores, enterados de ser un escritor que se identifica muy bien con su pueblo a través de su narrativa, y cosa curiosa sobretodo su gran público son los escolares y colegiales que acaban una edición tras otra.
He sido testigo incluso de que alguna vez con su editor ayacuchano Willy del Pozo, de Altazor Editores, al buscar libreros y nuevas plazas de venta en Huamanga, hemos descubierto en las calles céntricas algunos de sus libros pirateados. Y si otros lo han pirateado, pienso yo, es porque vale mucho, gusta mucho, se lo busca como lectura del salón de clases o de cabecera,… y sale como pan caliente, decían quienes lo pirateaban.
Y es verdad.
Ahora quisiera hablar de manera muy especial de lo que significó nuestro último encuentro un sábado de abril del 2010, en una amena tertulia que se prolongó hasta el amanecer, en la casa de nuestro querido editor Willy del Pozo, como motivo de su cumpleaños y los 15 años de tesonera labor editorial de este sello que está cobrando gran impulso tanto por la perseverancia y cuidado con que pone de su cosecha el editor, como los escritores a los que representa, lo que al final salen libros de magníficamente editados, de gran belleza estética, literaria y singular formato.
Y este feliz reencuentro con Sócrates Zuzunaga y su querida familia me ha permitido conocer mucho mejor, por bastantes horas, al escritor (sintiéndome un noctámbulo privilegiado, porque he sabido de algunos de sus secretos en el arte de escribir que necesitaba) y me he quedado gratísimamente sorprendido tanto por su enorme modestia, su candor, su inconfundible sencillez sin pastiches y esa devoción terca e indoblegable, casi sacerdotal por lo que escribe, por lo que piensa, por lo que defiende en su Pueblo y la manera tan fresca y naturalísima por abordar los temas andinos.
Imagino que su experiencia vital conociendo muy de cerca los escenarios, personajes reales, actores protagónicos de la violencia provocada en esa zona tanto por Sendero Luminoso como por las Fuerzas Militares represoras en toda la convulsionada zona de los andes, le han dado motivos enormes para contarlo sin tapujos desde dentro su propia historia (la historia de los sufridos, los desposeídos y los que fueron las verdaderas víctimas), que al final, como sabemos en cosas de literatura resulta siendo un hecho novelado, una ficción con gran verismo. Y por eso digo sin ambages que su vida y lo que nos tenía por contar es toda una gran novela.
Pero téngase en cuenta que lo narrado por Sócrates Zuzunaga no es sino el corolario, el espejo de este gran drama regional y nacional que hemos vivido todos los peruanos hace algunas décadas, con la violencia política militar y subversiva.
Las felicitaciones ahora por la obtención del Premio de Novela, Trofeo de Oro COPE, con su novela “Los aullidos del viento” lo han colmado por parte de quienes lo conocemos de halagos, felicitaciones, los mejores deseos y hasta una natural curiosidad de en qué va a gastar los 30,000 nuevos soles, que no es poco dinero en el Perú, sino algo más de 10,600 dólares, así el consecuente reconocimiento público, homenaje y edición de su novela por los organizadores del muy prestigioso certamen: PETROPERU.
Pero fíjense ustedes que quienes conocemos al escritor Sócrates Zuzunaga de hace años dentro de la fraternidad de las fiestas y celebraciones huamanguinas y hoy podemos dar fe de que no hemos advertido ningún cambio de conducta que pudo darse, como ha sucedido en algunos escritores consagrados por frecuentes premios literarios. Por ejemplo no hay en Sócrates Zuzunaga la vanidad de gloria, egolatría y ese necio personalismo, a raíz de la obtención de este último premio, sino todo lo contrario, me cuenta que el Premio lo ha recibido pensando en todos los peruanos y en especial en sus paisanos y en todo los que representan al ande.
Para Sócrates Zuzunaga es como un gran sueño del que todavía no termina de despertar. Un hermoso sueño al que lo estamos acompañado en la plenitud de su vida como padre de familia, educador, escritor y artista consumado. Y en todas estas facetas se ha sabido mantener con decoro, altitud, generosidad y entrega total.
Y este 22 de abril del 2010 nuestro querido escritor despertará de ese hermoso sueño, sueño que tuvieron cientos de escritores y ahora quizá para algunos es una terrible pesadilla.
Pero bien por él, acompañemos en ese gran sueño a un hombre cabal, un hombre ejemplo, un literato de renombre y leyéndolo, conversando con él y su familia, conozcamos la aureola bendecida del que está rodeado. ¿Y cual es esa bendición? Aparte de ser un perseverante y exitoso cazador de premios literarios, fue y es un escritor que ha sabido beber y recrear las fuentes orales de todo el imaginario social y político andino, con singular talento.
Conociendo mejor a Sócrates Zuzunaga el Gremio de Escritores del Perú que lo tiene como uno de sus más distinguidos y representativos miembros se siente honrado y prestigiado en homenajearlo con el firme compromiso de hacer en el futuro una mayor valoración del total de su obra literaria y de sus calidades como escritor.
Sócrates Zuzunaga, recordemos, ha estado en varios de nuestros Encuentros literarios y en otros de igual significación; su identificación con el escritor, con la literatura y su pueblo es visceral, y con la pasión y entrega que le pone, sencillamente de elogiar.
He podido comprobar además que a la sombra de un padre y esposo ejemplar hay en Teresa Laura una esposa consejera educada, artista y sensible, que lo alienta en todo y es su mejor soporte emocional al lado de su querida hija Sumaq Urpi, una de sus primeras lectoras, correctoras y consejeras, pero también otra virtuosa artista de la guitarra y el charango.
Por eso hagamos votos por su salud, por los maravillosos sueños del escritor y de su familia. Así por ejemplo su otro hijo Franklin Zuzunaga está estudiando aviación civil y gran parte de este premio pecuniario no irá a parar a la familia (como suponen algunos escritores y lectores especulando, con ingenio, tener en sus manos ese premio, alguna vez) sino que irá a las escuelas de aviación civil en el Perú y el extranjero donde su hijo Franklin se proyecta ya como alumno de pilotaje de aviones comerciales, una ambiciosa, riesgosa y muy costosa carrera, que por su pasión y entrega nos recuerda igualmente a los sueños de Jorge Chávez Dartnell, José Abelardo Quiñones Gonzáles y otros próceres de la aviación militar y civil.
Por esos grandes sueños del escritor Sócrates Zuzunaga . Hagamos votos por nuestros sueños y los de todos que anhelan soñar. Sobretodo por sus nuevos sueños de nuestro escritor y por el prestigio que le está dando el escritor paulino Sócrates Zuzunaga, en lo particular a la literatura ayacuchana, de gran tradición, arraigo, historia y fama. Y mirándolo, oyéndolo, sintiendo su gran energía, reconozcamos que de haber estado vivos el gran Ciro Alegría y José María Arguedas, ellos no sólo igualmente le hubiesen estrechado la mano, sino también le hubiesen abrazado fraternalmente y comulgado los tres juntos ese amor y respeto por los andes, los vientos, las lluvias, su música, los mitos, leyendas y tradiciones populares, así también su respeto y veneración por los Apus tutelares y el oprimido campesino. Y en cosas de la vida y la literatura los tres grandes escritores hubiesen sentido en sus corazones que en los andes los caminos y las aguas comunican voces y dolores, pero también los problemas políticos, los dramas sociales y las reivindicaciones desde dentro –el pueblo y la tierra– van y vienen.
Por eso: Felicitamos a Sócrates Zuzunaga. Y: ¡Que viva latiendo todas las sangres y siga manteniéndose muy vigorosa en el Perú la literatura social andina!
Pese a quien le pese.
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