27 nov 2009

CURGOS EN EL CORAZÓN



Una de las actividades más importantes del Encuentro Baquerizo de Huamachuco fue salir más allá de las lindes del mismo y marchar con una delagación de escritores al distrito-comunidad de Curgos. En los últimos Baquerizo siempre se ha hablado de la necesidad de llevar el Encuentro a las masas, de ventilarlo en colegios e institutos pedagógicos, de aproximar los escritores a las comunidades, los sindicatos y otras organizaciones de la sociedad civil. En ese sentido, el encuentro con las gentes de Curgos colmó todas las expectativas.


Una batería de cohetones anunciaba nuestra llegada una vez llegamos al pueblo. Mientras caminábamos hacia la Plaza de Armas, la banda musical del colegio nacional Abelardo Gamarra rompió en una marcha de bienvenida. Un piso de flores que rezaba “Ciro Alegría, 100 años, Bienvenidos” estaba bajo nuestros pies y nos daba un reparo enorme atravesarlo. A nuestro encuentro, comuneros, estudiantes, profesores, autoridades, ciudadanos y ciudadanas de la localidad salieron a nuestro encuentro con ramos de flores (las que aún he conservado archivándolas dentro de mis libros más queridos) y todos juntos enrumbamos hacia la sede del colegio en un festivo camino flanqueados por dos columnas de estudiantes que agitaban con entusiasmo banderitas blancas con el retrato impreso de Ciro Alegría. Nunca nos sentimos mejor escoltados en nuestra vida.


Una vez en el colegio, profesores y estudiantes no dieron la bienvenida en un bonito acto cultural: Poesías de alumnos, declamaciones dramatizadas de profesores, un final de huayno masivo con todos. Los escritores devolvimos la generosidad en el patio central hablándoles sobre todo a los alumnos. El poeta Apurunku viéndose emocionado en los rostros felices de los pequeños escolares, Diosdado contándoles con voz muy fina los secretos del arte poético, Luchito Prado recibiendo el cariño permanente de sus coetáneos, Manuel Valenzuela hurgando sus recursos de viejo actor para proponer pedagógicamente los verdaderos valores de la literatura, los escritores donando sus libros a la biblioteca del colegio. Y todo al socaire artístico de la profesora Isabel de la Cruz y su riquísima embajada musical que llenó el pabellón de aires ayacuchanos.


Algo que nos llamó la atención fue la presencia del gobierno local en las ceremonias, en el compromiso del alcalde y en la posibilidad de generar más espacios de integración. En la agradable sobremesa, escritores y profesores evaluaron la posibilidad de armar un concurso de juegos florales patrocinados por el Gremio, que pudiera incluir talleres de literatura y actividades culturales conexas. Ojalá.


Todos regresamos a Huamachuco tonificados por la visita, conociendo el verdadero derrotero de estos eventos. La actividad en Curgos, hablando claro, es simplemente el devenir normal de nuestros escritores y la principal actividad de los Encuentros Baquerizo. Es lo que le da vida, sangre y espíritu al Gremio, a sus actividades y, valgan verdades, a sus escritores miembros también.



Javier

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